Roedell (1978) investigó las destrezas de interacción social de un grupo de niños superdotados y halló que poseían un mayor conocimiento sobre cómo afrontar problemas sociales y más ideas de cómo interactuar cooperativamente con los demás, sin embargo estas destrezas cognitivo-sociales no se reflejaban en su modo de actuar.
No necesariamente una mente brillante es capaz de encontrar su propio camino.
En cuanto al desarrollo social, emocional y psíquico estos niños pueden presentar características particulares de desfasajes internos y sociales constituyendo lo que Terrassier (1994) denomina Síndrome de Disincronía, que puede clasificarse en Interna y Social.
Respecto a
Inteligencia-Psicomotricidad: los niños superdotados en el plano intelectual no tienen la misma precocidad en el plano psicomotor.
Si bien pueden caminar y leer antes de tiempo, muestran dificultad a nivel de la escritura y son incapaces de seguir el ritmo de la programación mental.
Inteligencia-Afectividad: se observa un desfasaje importante entre el nivel intelectual y afectivo del niño. En ocasiones es inmaduro afectivamente y la inteligencia frecuentemente tiene incidencia compensatoria, surgiendo así la intelectualización.
Disincronía Social: para ingresar a la escuela primaria se toma en cuenta la edad cronológica y no la mental.
Raramente tiene oportunidad de establecer relaciones con superdotados, lo que le permitiría aceptarse mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario