martes, 9 de noviembre de 2010

CREENCIAS QUE SE TIENEN SOBRE SUPERDOTADOS

Creencias equivocadas sobre los superdotados
  • Los superdotados son siempre los que mejores notas sacan. No es así necesariamente. Algunos superdotados, acostumbrados desde pequeños a sacar los primeros cursos sin esfuerzo, no aprenden a desarrollar unos hábitos de estudio y puede que hasta se convenzan de que estudiar no vale la pena. Conforme van avanzando de curso, las materias son más extensas y difíciles, y no pueden aprobarse sin dedicarles varias horas de trabajo. La falta de costumbre hace que, a la hora de prepararse un examen, lo tengan más difícil que otras personas habituadas a estudiar desde siempre, y por eso no es infrecuente que exista fracaso escolar entre personas de altas capacidades.
  • Los superdotados no necesitan ayuda para nada; se las apañan bien solos. Puede parecer que es así, pero no es cierto. Es necesaria una estimulación intelectual adicional para evitar que se aburran. Además, conviene que se relacionen con otras personas de habilidad mental similar para que no acaben encerrándose en sí mismos.
  • La superdotación intelectual es algo que debe envidiarse. Ser más inteligente de lo normal no es más motivo de envidia de lo que pueda ser un cuerpo esbelto o una voz bien timbrada. Una inteligencia elevada es una aptitud que no sirve de nada si no se utiliza. Y,como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
  • Si a los superdotados se les agrupa o se incluyen en programas educativos especiales, se convertirán en un grupo elitista. Un grupo de superdotados en un colegio no sería más "elitista" que el equipo de voleibol o el coro de una parroquia. Agrupar a los niños y jóvenes según sus habilidades para que aprendan unos de otros no les convierte en unos "creídos", sino en personas conscientes de sus aptitudes que, en un futuro, serán capaces de utilizar en beneficio de la sociedad.
  • Los superdotados no saben que son diferentes hasta que alguien se lo dice. Falso. Desde pequeños, los superdotados tienen consciencia de ser diferentes de los demás niños de su edad. 
  • Contra lo que mucha gente piensa, no ha de hacerse nada especial si se tiene un hijo superdotado. Basta con motivar a aprender. No hay que volverse loco buscándole veinte tutores y treinta y ocho mentores, ni volver loco al niño matriculándolo en mil academias "para que rinda de acuerdo con su potencial"; y mucho menos aún desmotivarlo "para que no se convierta en un pitagorín". Un superdotado no es ningún monstruíto de circo; es un niño como otro cualquiera, pero que tiene unas necesidades educativas diferentes. Sin embargo, diferentes o no, hay que atender esas necesidades de una forma adecuada.
  • Es importante destacar que no todos los niños superdotados necesitan ayuda. Muchos de ellos se encuentran bien adaptados a su entorno y no hace falta que se les dé un tratamiento especial.

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